La Vitamina C, el elixir de la juventud!
La Vitamina C es uno de los activos más buscados en los últimos años. Este artículo se centra en las funciones clínicas y científicas más relevantes de esta sustancia en el cuidado de la piel.
Muchas plantas y animales sintetizan vitamina C por sí mismos,
pero los humanos carecen de esa habilidad debido a la
deficiencia de una enzima, la L-gulono-gamma-lactone-oxidase, que cataliza el
paso final para la síntesis de la vitamina C. Por esta razón los
humanos necesitan obtener este ingrediente vital de fuentes exógenas,
como una dieta con productos naturales, suplementos o aplicaciones tópicas,
para no solo evitar las condiciones médicas relacionadas con su deficiencia,
sino para asegurar el total funcionamiento de todas las células y estructuras
del cuerpo.
Desde el des cubrimiento de la vitamina C, el número de sus
funciones biológicas conocidas está continuamente en expansión. Ahora es una piedra
angular establecida para el cuidado profesional de la piel. Teniendo
en cuenta la corta duración de la ingestión de la vitamina C que proviene de la
naturaleza viva, no podemos depender únicamente de suministro sistémico para
nutrir adecuadamente nuestra piel. Por este motivo también se debe aplicar de
forma tópica.
El ácido L-ascórbico (VITAMINA C) es un antioxidante muy
potente (agente reductor) capaz de neutralizar la gran mayoría de radicales
libres de oxígeno (especies reactivas de oxígeno) y derivados de nitrógeno. Se
logra esto desinteresadamente donando un electrón a los radicales libres. La
forma oxidada del ácido L-ascórbico es mucho más estable que los
radicales libres que se han neutralizado en el proceso. El ácido
L-ascórbico oxidado se puede convertir de nuevo a su forma activa a través de
agentes reductores endógenos o exógenos tales como el Glutatión.
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